CARTA A GOIURI EN SU 26 CUMPLEAÑOS
El alimento mal soñado de todo un año desvaneciéndose antes siquiera de haberlo probado. No me queda más dulce saliva. Y necesito humedad. Y sigo buscando benzodiacepinas de carne, hueso y sangre. Y pienso en aquella ofrenda. Agua. Plumas rojas ardiendo en el aire. Y pienso en la mujer de 50 pies de altura. Y pienso en tus 26 inmensas alas negras desgarrando el viento. Una sola pluma para destruir todos los “así son las cosas”. Para construir algo que no se llamará mundo. Un ramo de 7 nomeolvides. Mi ofrenda a la Diosa del Juego para cuando ya no quede el resto. Juguemos hasta que no quede nada más que Lucifer sonriéndonos en los suburbios. Ya alguien habrá bebido mis lágrimas. Y me habrá sujetado la cabeza mientras vomito. Ya habremos venerado todas las alteraciones. Ya por fin sabré a vino, sea lo que sea lo que haya afuera. Y probaré sangre. Y no tendré que dormir porque viviremos en una película de Lynch, escrita por lo que quiero que domine de mí y por tus gritos silenciosos que no dejo de oír. La experiencia pasiva muerta. Y quedarás tú, que ya estás escrita en mí. Preciosa gota de sangre.
Josu Sein (2003)